Cenicienta, un cuento tan antiguo como el tiempo. Pero, ¿has oído la historia real? Olvídate de la versión de Disney, nos adentramos en la hilarante y divertidísima adaptación de Roald Dahl, un poema que le da la vuelta al cuento de hadas con ingenio y humor negro. Prepárate para una historia de Cenicienta que está lejos de ser empalagosa.
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Ilustración humorística de Roald Dahl o la portada de su versión de Cenicienta
Un Cuento de Hadas Retorcido Comienza
El poema de Dahl comienza de manera bastante tradicional, pintando un cuadro de la pobre y maltratada Cenicienta encerrada mientras sus feas hermanastras se arreglan para el Baile del Palacio. Pero las cosas dan un giro cómico cuando el hada madrina de nuestra heroína le concede su deseo, no para un suave paseo en una carroza de calabaza, sino para un cambio de imagen lista para la discoteca, ¡completa con pantimedias de nylon!
Cenicienta recibiendo un cambio de imagen moderno o lista para la discoteca
Un Príncipe Encantador con un Lado Oscuro
En el baile, Cenicienta encanta al Príncipe, pero este no es el típico romance de cuento de hadas. Llegan las doce, el vestido se desgarra y Cenicienta huye, dejando atrás una sola zapatilla… que cae directamente sobre una caja de cerveza. Ya aquí, el genio cómico de Dahl brilla.
Una zapatilla de cristal cayendo sobre una caja de cerveza
Las Hermanastras Feas, siempre conspirando, tiran la zapatilla por el retrete y la reemplazan por una de ellas, preparando el escenario para un desastroso y divertidísimo fiasco de prueba de calzado. El Príncipe, decidido a encontrar a su prometida, emprende una búsqueda por toda la ciudad, encontrándose con pies tanto calientes como pegajosos.
El Príncipe buscando a la dueña de la zapatilla entre pies desagradables
Rodarán Cabezas
La búsqueda del Príncipe por la dueña de la zapatilla alcanza un clímax de humor negro mientras las Hermanastras Feas intentan su engaño. El Príncipe, repulsado y enfurecido, no solo las rechaza, ¡les corta la cabeza! La violencia exagerada de Dahl, si bien grotesca, añade otra capa de humor absurdo al poema.
Ilustración cómica de las hermanastras perdiendo la cabeza (no gráfica)
Cenicienta, al presenciar la carnicería, se da cuenta de que este ‘Príncipe Encantador’ es cualquier cosa menos eso. Aparece el hada madrina, ofreciendo otro deseo. Esta vez, Cenicienta sabiamente pide un hombre decente y encuentra la felicidad no con la realeza, sino con un simple fabricante de mermelada.
Cenicienta feliz junto a un hombre sencillo, quizás con frascos de mermelada
Felices Para Siempre, al Estilo Dahl
‘La Cenicienta’ de Roald Dahl es un alboroto desternillante a través de un cuento familiar, inyectándole humor negro, rimas ingeniosas y personajes inolvidables. Es un recordatorio de que los poemas graciosos pueden ser inteligentes, subversivos y sorprendentemente satisfactorios. Esta reinterpretación ofrece un giro refrescante e hilarante a un clásico, demostrando que a veces, el mejor ‘felices para siempre’ es el que menos esperas.