Todos conocen y aman la historia de Rodolfo el Reno de Nariz Roja, un clásico navideño perenne a menudo contado como canción o como una narrativa de “poema de Rodolfo” festiva. Sin embargo, pocos están familiarizados con la convincente historia humana detrás de su creación y el hombre que primero trajo a este radiante personaje al mundo: Robert L. May.
En 1939, durante la última parte de la Gran Depresión, la tienda departamental Montgomery Ward, con sede en Chicago, decidió crear su propio libro infantil para su promoción navideña anual. Le encargaron la tarea a Robert L. May, uno de sus redactores publicitarios. May era conocido por sus ingeniosas rimas en las fiestas, pero en privado se sentía como un marginado, luchando por alcanzar su sueño de escribir más allá de la redacción de catálogos. Sus sentimientos personales de no estar a la altura resonaron con la idea de un desvalido. Este sentimiento, a veces haciendo eco de temas encontrados en exploraciones de la sociedad y la pertenencia, comenzó a dar forma a su concepto.
May desarrolló la historia de un joven reno marginado por sus pares debido a su nariz roja inusualmente brillante. Sin embargo, esta misma diferencia se convierte en su salvación y la solución de Santa para una Nochebuena con niebla. Cuando May presentó su borrador inicial, su jefe se mostró escéptico, preguntándole si podría “ocurrir algo mejor”. Pero May, creyendo profundamente en el potencial del cuento, persistió. Colaboró con un colega del departamento de arte para crear bocetos, y juntos convencieron a la gerencia.
Meses después de empezar a escribir la historia, una tragedia golpeó cuando la esposa de May sucumbió al cáncer, dejándolo viudo y padre soltero. Su jefe le ofreció relevarlo del proyecto, pero May se negó. Como él mismo relató más tarde, “necesitaba a Rodolfo ahora más que nunca”, encontrando consuelo y determinación en completar el cuento de un espíritu de superación. El peso emocional de la narrativa se profundizó, reflejando la silenciosa perseverancia requerida ante la adversidad, de forma muy similar a los complejos temas de estatus social que se encuentran en un poema sobre la clase.
El libro terminado fue un éxito masivo. Montgomery Ward distribuyó más de dos millones de copias de la historia Rodolfo el Reno de Nariz Roja esa temporada navideña por todo el país.
Ilustración de Rodolfo el Reno con su nariz roja brillante
A pesar de la popularidad del libro, May seguía agobiado por las deudas médicas de su esposa con un salario de redactor publicitario. Un golpe de suerte, o quizás de humanidad, ocurrió después de la Segunda Guerra Mundial cuando el CEO de Montgomery Ward, Sewell Avery, inesperadamente le regaló a May los derechos de autor de su creación. Este acto allanó el camino para que la historia llegara a una audiencia aún mayor.
Sucedió que el cuñado de May, Johnny Marks, era compositor. May lo persuadió para que escribiera una canción basada en la historia. Aunque a Marks inicialmente le resultó difícil escribir sobre un reno con una nariz brillante, finalmente compuso la ahora icónica melodía. La canción, capturando momentos de impacto a veces como lo hacen los cortos poemas senryu en su brevedad, fue notablemente grabada por Gene Autry, el vaquero cantante. La versión de Autry vendió más de 25 millones de copias, consolidando el lugar de Rodolfo en la cultura popular y dando lugar a la querida adaptación cinematográfica stop-motion.
Lista de nombres de los renos de Santa Claus
El éxito de la canción transformó la vida de Robert May, asegurando la seguridad financiera de su familia. Sintió una inmensa alegría al ser el hombre detrás de la famosa nariz y el poderoso mensaje que transmitía. La historia, nacida de la lucha personal y la iniciativa corporativa, se convirtió en un símbolo de aceptación de las cualidades únicas de uno mismo, un mensaje que resuena profundamente, abordando temas de pérdida y recuerdo no muy diferentes a los explorados en poemas del Día de Muertos en inglés. El poema/historia original de May, inicialmente una herramienta de marketing, se convirtió en un cuento atemporal de empatía, resiliencia y cómo las debilidades percibidas pueden convertirse en fortalezas. Es una narrativa con capas, al igual que algunos poemas divertidos pueden contener una profundidad sorprendente bajo su superficie humorística.
Ilustración de Rodolfo el Reno volando sobre un mapa
La historia del poema de Rodolfo no es solo una fábula navideña; es un testimonio del poder de la narrativa, la perseverancia personal y los caminos inesperados que conducen al arte perdurable y a los iconos culturales. La vida de Robert L. May se entrelazó con su creación, demostrando que incluso desde comienzos humildes y la oscuridad personal, una luz guía puede emerger.