Tonos de Tartini: Explorando Sonidos Fantasma

Los tonos Tartini, también conocidos como tonos de combinación, son fascinantes ilusiones auditivas. Ocurren cuando se reproducen simultáneamente dos tonos puros, creando la percepción de un tercer tono, de menor frecuencia que los dos originales. Este tercer tono, el tono Tartini, tiene una frecuencia igual a la diferencia entre las dos frecuencias originales (f2 – f1). Sorprendentemente, este tono percibido no tiene una vibración física correspondiente en el mundo exterior. Nada fuera de tu cabeza vibra a esa frecuencia específica. Es un sonido fantasma, creado dentro del sistema auditivo del oyente.

La Ciencia Detrás de la Ilusión

¿Cómo se generan estos tonos fantasma? Si bien el mecanismo exacto no se comprende completamente, se cree que surgen de procesos no lineales dentro del propio oído. El oído, a diferencia de un micrófono simple, no responde linealmente a las ondas sonoras entrantes. Se piensa que interacciones complejas dentro de la cóclea, el órgano auditivo del oído interno, producen estos tonos de diferencia.

Tonos Tartini vs. Tonos Heterodinos

Es importante distinguir los tonos Tartini de los tonos heterodinos, que también pueden resultar de la interacción de dos frecuencias. Los tonos heterodinos surgen cuando dos señales son procesadas por un sistema no lineal, lo que lleva a la creación de nuevas frecuencias, incluida la frecuencia de diferencia (f2 – f1), así como frecuencias de suma (f2 + f1) y otras. A diferencia de los tonos Tartini, los tonos heterodinos tienen presencia física. Son vibraciones reales en el aire, medibles con un micrófono.

Varios instrumentos musicales dependen de sistemas no lineales para producir sonido. Las lengüetas de los instrumentos de viento-madera, los labios de los músicos de viento-metal y las cuerdas frotadas son ejemplos. Cuando se tocan dos notas simultáneamente en estos instrumentos, se producen tonos heterodinos junto con las notas originales. Por ejemplo, tocar una nota en un didyeridú y cantar simultáneamente una quinta por encima crea un fuerte tono heterodino una octava por debajo de la nota tocada.

Esta técnica es especialmente importante para el didyeridú, permitiendo a los músicos extender el rango del instrumento hacia abajo. De manera similar, las dobles cuerdas en un violín crean componentes heterodinos debido a la interacción no lineal del arco con las dos cuerdas vibrantes. Estos tonos heterodinos no son ilusiones de la misma manera que los tonos Tartini; tienen una presencia física real en el sonido producido.

Experimentando los Tonos Tartini

Debido a que los tonos Tartini son relativamente débiles, se perciben mejor con notas de tono más alto, donde el tono de diferencia cae dentro de un rango de frecuencia de sensibilidad auditiva humana óptima. Los tonos heterodinos, por otro lado, son mucho más fuertes y se pueden usar para crear impresionantes notas graves en instrumentos como el didyeridú, el saxofón o los instrumentos de viento-metal.

La exploración de los tonos Tartini ofrece una visión del complejo procesamiento que ocurre dentro de nuestro sistema auditivo, destacando la diferencia entre la realidad física de las ondas sonoras y nuestra percepción subjetiva de ellas. Si bien estos tonos fantasma pueden ser ilusiones, ofrecen una valiosa perspectiva sobre la fascinante interacción entre la física y la percepción en el mundo del sonido.