La sestina es una forma poética altamente estructurada y compleja con profundas raíces históricas, originada en la región medieval de Provenza, Francia. Atribuida al trovador Arnaut Daniel en el siglo XII, más tarde ganó prominencia al ser admirada y adoptada por el poeta italiano Dante Alighieri. Esta forma intrincada, que exige una habilidad significativa por parte del poeta, implica la repetición y permutación de seis palabras finales clave a lo largo de seis estrofas, culminando en un envío más corto.
Contents
A diferencia de muchas otras formas estrictas de la época, como la villanela o el rondó, la sestina original no se definía por un esquema de rima. Su rigor reside únicamente en el orden meticuloso de las palabras finales.
Comprendiendo el Patrón Clásico de la Sestina
El núcleo de la sestina reside en su patrón único de repetición de palabras finales. El poema consta de seis estrofas, cada una con seis líneas (sextetos), seguidas de una estrofa final de tres líneas llamada envío o tornada. Se eligen seis palabras específicas como palabras finales para las líneas de la primera estrofa. Etiquetemos estas palabras A, B, C, D, E y F.
El patrón para la primera estrofa es simplemente: A B C D E F
La magia de la sestina se despliega en las estrofas subsiguientes. Las palabras finales para cada nueva estrofa se derivan rotando las palabras finales de la estrofa anterior en una secuencia específica. Comenzando con la última palabra final (F), la secuencia alterna entre la última palabra restante y la primera palabra restante del patrón anterior.
Aplicando esto al patrón de la primera estrofa (A B C D E F), obtenemos el patrón de la segunda estrofa: F A E B D C
Este patrón continúa durante las seis estrofas. Una representación visual a menudo puede hacer que esta intrincada rotación sea más clara:
Diagrama del patrón de rotación de palabras finales de la sestina
Siguiendo este método, emerge el patrón completo para las seis estrofas:
- Estrofa 1: A B C D E F
- Estrofa 2: F A E B D C
- Estrofa 3: C F D A B E
- Estrofa 4: E C B F A D
- Estrofa 5: D E A C F B
- Estrofa 6: B D F E C A
El envío final de tres líneas utiliza las seis palabras finales originales. Tradicionalmente, cada línea del envío termina con una de las seis palabras e incluye otra dentro de la línea. Un patrón tradicional estricto es:
(B) E, (D) C, (A) F
Sin embargo, desde el siglo XIX, los poetas han adoptado variaciones para el envío, a menudo haciéndolo (A) B, (C) D, (E) F o (F) A, (E) B, (D) C. La clave es que las seis palabras deben aparecer en el envío, ya sea al final o dentro de la línea.
Las sestinas también son típicamente poemas con métrica. Si bien se puede usar cualquier métrica consistente, el pentámetro yámbico es una opción común en la poesía inglesa, prestando un ritmo natural a las líneas a medida que recurren las palabras finales.
Variaciones: La Sestina con Rima
Si bien la sestina original no tiene rima, una variación conocida como Sestina Circular o Sestina con Rima surgió en el siglo XIX. Esta forma introduce la rima creando dos conjuntos de tres palabras finales que riman. Las líneas A, C y E podrían rimar entre sí, mientras que las líneas B, D y F riman entre sí.
Para acomodar esta estructura de rima, se utiliza un patrón de rotación de palabras finales diferente:
- Estrofa 1: A B C D E F
- Estrofa 2: F A D E B C
- Estrofa 3: C F E B A D
- Estrofa 4: D C B A F E
- Estrofa 5: E D A F C B
- Estrofa 6: B E F C D A
El envío para la sestina con rima típicamente sigue un patrón como (A) F, (B) E, (C) D, asegurando que los seis grupos de rima estén representados.
Analizando un Ejemplo: La ‘Sestina’ de Elizabeth Bishop
La sestina, a pesar de sus orígenes medievales, ha experimentado resurgimientos en popularidad a lo largo de la historia literaria, notablemente en el siglo XX. A menudo se emplea para explorar un tema en profundidad, con las palabras repetidas actuando como motivos recurrentes u obsesiones que vuelven a circular a través del poema.
“Sestina” de Elizabeth Bishop es un ejemplo moderno bien conocido que sigue el patrón clásico, aunque ella se toma algunas libertades con la métrica estricta. El poema utiliza las palabras finales: house, light, grandmother, child, stove, tears (casa, luz, abuela, niño, estufa, lágrimas). Observa cómo estas palabras concretas y cargadas emocionalmente crean una sensación de intimidad doméstica y tristeza subyacente.
September rain falls on the house.
In the failing light,
the old grandmother sits in the kitchen with the child
beside the Little Marvel Stove,
reading the jokes from the almanac,
laughing and talking to hide her tears.
She thinks that her equinoctial tears
and the rain that beats on the roof of the house
were both foretold by the almanac,
but only known to a grandmother.
The iron kettle sings on the stove.
She cuts some bread and says to the child,
It’s time for tea now; but the child
is watching the teakettle’s small hard tears
dance like mad on the hot black stove,
the way the rain must dance on the house.
Tidying up, the old grandmother
hangs up the clever almanac
on its string. Birdlike, the almanac
hovers half open above the child,
hovers above the old grandmother
and her teacup full of dark brown tears.
She shivers and says she thinks the house
feels chilly, and puts more wood in the stove.
It was to be, says the Marvel Stove.
I know what I know, says the almanac.
With crayons the child draws a rigid house
and a winding pathway. Then the child
puts in a man with buttons like tears
and shows it proudly to the grandmother.
But secretly, while the grandmother
busies herself about the stove,
the little moons fall down like tears
from between the pages of the almanac
into the flower bed the child
has carefully placed in the front of the house.
Time to plant tears, says the almanac.
The grandmother sings to the marvelous stove
and the child draws another inscrutable house.
Bishop teje magistralmente un hilo narrativo a través de la forma estricta, permitiendo que las palabras repetidas profundicen los temas de la tristeza oculta, la vida doméstica y las diferentes perspectivas del niño y la abuela. Las palabras recurrentes adquieren nuevos matices de significado y peso emocional con cada aparición.
Tu Guía para Escribir una Sestina
Escribir una sestina es indudablemente desafiante, pero puede ser un ejercicio profundamente gratificante en el oficio poético y la exploración sostenida de un tema. Muchos poetas encuentran que la rigidez de la forma paradójicamente ayuda a desbloquear la creatividad al forzar conexiones inesperadas entre ideas a medida que recurren las palabras finales. La forma es adecuada para contar una historia o explorar un tema desde múltiples ángulos, ya que las palabras fijas vuelven a enfocar ciertas ideas repetidamente.
Aquí tienes un proceso que puedes seguir para abordar esta forma:
- Elige tu Tema: Selecciona un tema, persona o situación que conozcas bien o que te resulte particularmente cautivador. Dado que la sestina requiere desarrollar un tema a lo largo de muchas líneas mientras estás limitado por palabras fijas, un tema con complejidad o una narrativa inherente funciona bien.
- Selecciona tus Seis Palabras Finales: Este es posiblemente el paso más crucial. Elige seis palabras que sean significativas para tu tema y que ofrezcan potencial para un significado o contexto variado a lo largo del poema. Idealmente, deberían ser sustantivos, verbos o adjetivos que puedan funcionar de diferentes maneras o representar conceptos clave. Piensa en imágenes, emociones o ideas centrales relacionadas con tu tema y elige seis palabras que las encapsulen.
- Decide la Métrica (Opcional pero Recomendado): Si bien la sestina clásica tiene métrica, las sestinas modernas a veces son en verso libre. Sin embargo, trabajar dentro de una métrica añade otra capa de estructura y puede ayudar a mantener el ritmo y el flujo. El pentámetro yámbico es una opción común, pero siéntete libre de experimentar con otras métricas que se ajusten al tono de tu tema.
- Traza la Estructura: Escribe el patrón de palabras finales para las seis estrofas y el envío (usando las letras A-F o las palabras mismas). Esta guía visual es esencial mientras escribes.
- Escribe Estrofa por Estrofa: Comienza escribiendo la primera estrofa, asegurándote de que cada línea termine con tus palabras elegidas en el orden correcto (A B C D E F). Luego, pasa a la segunda estrofa, usando las palabras finales en el patrón F A E B D C, basándote en las ideas o la narrativa establecidas en la primera estrofa. Continúa este proceso para las seis estrofas.
- Crea el Envío: Finalmente, escribe el envío de tres líneas, incorporando las seis palabras finales según tu patrón elegido (o una variación), asegurándote de que aparezcan al final de las líneas y/o dentro de las líneas según sea necesario. El envío a menudo proporciona una sensación de conclusión, resumen o reflexión final sobre los temas recurrentes.
- Revisa y Perfecciona: Una vez completado el borrador, revisa la métrica (si se usa), la elección de palabras, las imágenes y la claridad. Asegúrate de que las palabras finales recurrentes se sientan integradas de forma natural y contribuyan al significado del poema, en lugar de sentirse forzadas. Presta atención al flujo entre estrofas y a la progresión general del poema.
Recuerda, la restricción de la forma puede ser una herramienta poderosa. Deja que las palabras finales requeridas guíen tu pensamiento en direcciones inesperadas y descubran nuevas capas en tu tema.
Un Ejemplo Original: ‘The Job’
La siguiente sestina, escrita por Dusty Grein, demuestra el proceso descrito anteriormente, utilizando las palabras finales ‘Job’ (trabajo), ‘Badge’ (placa), ‘Protect’ (proteger), ‘Crime’ (crimen), ‘Report’ (informe) y ‘Night’ (noche) para contar una historia sobre un detective de homicidios. Sigue el patrón clásico con una elección de métrica específica (tetrámetro anfibraquio cataléctico, un ritmo de once sílabas).
**The Job**
*By Dusty Grein*
It feels like forever I’ve been on the job.
Pinned down by the weight of my gun and my badge;
my duty is etched there, to serve and protect.
The uniforms tape off the scene of the crime
at this point, there still isn’t much to report,
It promises to be one hell of a night.
My partner and I will work into the night;
It’s on days like this I truly hate my job.
The worst part of all is the daily report,
Complete with the number and name from my badge
I lay out the facts of a hideous crime.
The victim is gone; one we failed to protect.
Now my reputation I have to protect.
From hero to scapegoat – it just takes one night;
a free-roaming villain, or one unsolved crime.
To close every case is the goal of the job,
the reason each day that I put on the badge.
I wish I could put that inside the report.
The televised anchors all love to report
to viewers – the public I’ve sworn to protect –
The slightest mistake by one who wears the badge.
The airwaves are filled with bad news every night,
I wish that good news was a part of their job
Like how, with hard work, we usually solve the crime.
I shudder recalling details from this crime;
gunfire – In my mind, I hear its report.
Deductive pretending is part of my job.
Sometimes sanity becomes hard to protect
when facing this ugliness night after night.
Emotions grow cold when you’re wearing the badge.
My life? A lot simpler before the gold badge.
Back then it was mostly stopping petty crime,
And helping my neighbors sleep better at night.
I still had to fill out each detailed report,
the public I still did my best to protect;
promotions happen when you’re good at your job.
“Now, wearing my badge is more than just a job,”
I repeat this each night as I write my report.
“By solving these crimes, my whole world I protect.”
Este ejemplo ilustra cómo las palabras finales recurrentes pueden impulsar la narrativa y explorar las cargas emocionales y profesionales que enfrenta el hablante. La repetición refuerza temas clave de deber, peligro y la lucha constante contra el crimen.
El Poder Duradero de la Sestina
La sestina, con su estructura exigente, sigue siendo un testimonio del oficio del poeta. Es una forma que desafía a los escritores a pensar profundamente sobre la relación entre forma y contenido, permitiendo que las palabras recurrentes resuenen y acumulen significado a lo largo del poema. Si bien requiere paciencia y dedicación, crear con éxito una sestina puede producir una obra de notable profundidad y resonancia, demostrando el poder duradero del verso estructurado para explorar experiencias humanas complejas. Involucrarse con la sestina es una invitación a una danza rigurosa de palabras, donde la repetición da lugar a una variación profunda.